Creo porque tengo fe.
Fe de seguir e impulsar a mi gente a seguir.
Hambre insaciable de un cambio.
Mejorar, sonreir, luchar, sudar y darlo todo sin recibir nada a cambio...
Ganas de hacer las cosas bien y ya dejarme de una buena vez y por todas de mis majaderias pesimistas.
Embriagarme el alma, pero de alegrias y clamores.
Tengo ganas de ti, Señor, mi Dios que todo lo puedes, todo lo das y nada te quedas.
¡Gracias Diosito por quererme tanto!
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